jueves, 13 de mayo de 2010

Los cuatro soles y uno mas (segunda parte)

Muy pronto entendieron que esperacrian en vano el amargo amanecer. asi que final mente se reunieron en su recidencia de Teotihuacan para, con calma y prudencia, decidir que harian mas adelante. A la reunion invitaron a los dioses que nacieron del cuchillo de obsidiana, un que no eran tan poderosos como los cuatro hermanos que gobernaban al mundo. Quetzalcoatl, la Serpiente Emplumada, subio primero a la gran piramide del Sol, cuyas peredes se ahogaban en la profunda oscuriadad, y pronuncio con su sonora y clara voz lo siguiente:

- Hermanos mios, ya basta de combates, de discordias de desacuerdos y peleas. Cuatro veceses ha perecido todo lo vivo sobre la tierra ya es tiempo de que sobre el cielo aparesca un nuevo sol, para que alumbre la tierra y la acaricie con sus calientes rayos. Parece que con la fuerza bruta no lograremos nada, asi que habra la necesidad de nuestros sacrificios.

-De repente todos fijaron sus ojos en Quetzalcoatl, y con cierto miedo esperaban las siguientes palabras:

- Uno de nosotros debe sacrificarse- continuo la Serpiente Emplumada-. Se lanzara lanzara a las llamas del fuego vivo y luego subira al cielo como nuevo y vivificante sol. Hermanos, ¿Quien de todos se sacrificara por nosotros?

Se hizo un profundo cilencio niguno de los dioses tenia deseos de lanzarse al fuego, aun que sbian que no les harian ningun daño.

Al final, uno de ellos se armo de valor. Ante la asamblea se levanto el joven y apuesto Tecuciztecatl. Miro arrogantemenete a su alrededor y grito:

- Sera para mi subir al cielo. Permitanme entonces que los abandone.

Los dioses se sintieron secretamente descansados, ya que no tendrian que sacrificarse. Tecuciztecatl se empezo a contonear orgulloso en su atuendo de precioso plumaje adornado ricamente adornado de oro y piedras preciosas.

-En verdad, de buen modo, ¿Quieres sacrificarte por nosotros?- le pregunto Quetzalcoatl.

-Si, yo soy el unico de ustedes - y Tecuciztacatl hizo un mal gesto. -Si me lo permiten yo tambien quisiera saltar al fuego y convertirme en sol- se oyo derepente una lejana voz desde atras. Todos voltearon hasta la ultima fila, se acurrucaba Nanahutzin. Era desventurado no tenia fuerza ni tampoco poder. Caresia de belleza y de magestuosidad. Su enjurto y flaco cuerpo estaba cubierto de ulceras y apostemas.

Sere muy feliz si puedo ayudar al mundo y a ustedes. Reciban por favor tambien mi sacrificio- dijo Nanahuatzin y bajo la vista. -Ja, ja - se carcajeo con despresio Tecuciztecatl- ¿Tu, un desventurado, quieres encender al Sol? ¡si ni siquiera puede alguien ver tu cara!

- ¡Calla! - grito enojado Quetzalcoatl. El sacrificio es sacrificio, y ante el es necesario inclinarse y ofrecer las consideraciones y no burlarse. ¡Nadie tiene derecho de hacerlo tampoco tu!

Asi que, finalmente los dioses enTeotihuacan, aseptaron el sacrificio.

Todos esperan con anciedad ya que termine que terminara el largo invierno, la oscuridad, las inundaciones y los huracanes.

No tardo mucho Tecuciztecatl y Nanahuatzin trajeron sus ofrendas de sacrificio. El primero las primeras plumas de pajaro quetzal, el oro y las piedras preciosas. El pobre Nana hutazin ofrenfo lo que tenia a mano, un fino tejido de hojas de agave con el mimbre tejido de un cobertizo y al frente encendio el fuego. Luego esperaron tres dias para que llegara el momento del sacrificio.

El cuarto dia en la explanada teoihuacana, empezo a arder el fuego. Tecuciztecatl se vitio cuidadosamente con un hermoso traje de plumas, se coloco una hermosa deadema de oro sobre la frente, y asi ataviando salio. Nanahuatzin se colgo sobre el pecho los adornos de maiz, su cabeza co una deadema de corteza de arbol y sobre los hombros se olgo una burda capa de hilos de agave.

Ambos dioses se presentaron luego en la asmblea frente asus compañeros . Tecuciztecatl no miro ni a la izquierda ni a la derecha. El mundo para el ya no existia. Con los ojos fijos en la llamarada corrio a su destino.

- ¡Salta, bueno, salta ya!- se oyeron por tadas partes los gritos. Pero, ¿ que paso ? Tecuciztecatl disminuyosu carrera, parecia que los pies no le obedecian. Al final se detuvo totalmente. Ni siquiera alcanso a llegar al fuego. Agacho su cabeza y volteo hacia atras. Pero cuando vio las sonrrisas de desprecioy oyo las palabras de burla, de nuevo empezo la carrera, pero al sentor las calientes y quemantes llamas que se alzaban a lo alto, de nuevo se detuvo y escondio su cara entre las palmas de sus manos.

-¡Largo cobarde! - retumbaron las palabras sobre la cabeza de Quetzalcoatl-. No eres digno de sacrificarte por los demas - y las mirada se centraron en Nanahuatzin.

En ese instante Tecuciztecatl recobro las fuerzas y por tercera vez corrio hacia el fuego. Y cuando estaba a un paso de las llamas, se acho a tierra y gimio tanto que las rocas estallaron.

- ¡Saltu al fuego! -gritaron los dioses a Nanahuatzin. este no titubeo ni por un momento y salnzo al fuego. se oyo un fuerte estruendo, las chispas saltaron po todos lados y Nanahuatzin desaparecio de la vista de todos. Cuando vio esto Tecuciztecatl, pero despues se lanzo tambien al fuego, que ya se habia extinguiendo. Las llamas mas tarde, desaparecieron, y los dioses esperaron en silencio lo que iba ha suceder. Derepente en el Este se derramo un rosado fulgor. el cielo negro se aclaro, y sobre las cimas de las montañas se alcansaron el cielo aparecio Nanahatzin como el sol, con cara radiante. Su sacrificio no fue en vano. Bajo los calientes rayos del sol, el mundo hermoso vivifico, y todos se alegraron en todos los lugares donde llegaron saludos del sol, aparecio una increible balleza.

Entonces de nuevo relampageo y en lo alto del cielo empezo a subir otro disco dorado.

- Hermanos mios, ¿Sera posible que tambien el cobarde de Tecuciztecatl no alumbrara como el Sol? - pregunto enojado Quetzacoatl.

- ¡No, esto no podemos permitir!- gritaban los otro dioses. derrepente uno de ello s vio correr un conejo sobre la planicie llena de luz. Rapidamente atrapo y lo lanzo direcatamente a la cara del otro sol. Su brillo inmediata mente se apago y se convirtio en una palida luz.

- este sera la luna -determino Quetzalcoatl-. ada noche cuando el Sol termine su diurna peregrinacion y se retire a descnsar saldra al cielo la Luna y nos alumbrara de noche. Y en la mañana cuando salga el Sol. Cuendo nazca, sera curva como la hierva de caña y lentamente cresera y friamente brillara. Luego cuando alcance pleamente su bella cara, empezara de nuevo a hacerse mas pequeña hasta desaparecer. Y asi sera para siempre. El sacrificio de tecuciztecatl tampoco fue en vano, pero el de Nanahuatzin nadie podra igualarlo.

Los diose asintieron con la cabeza, y asi como decidio Quetzalcoatl es hasta la fecha.

Cuando la luna esta en plenilunio y se observa con cuidado se puede obsevar con cuidado la huella del infeliz conejo que fue lanzado con rabia sobre Tecuciztecatl por uno de los dioses.


kaspar, oldrich. Cuentos, mitos y leyendas del Mexico antiguo. Mexico, trillas, 2004.

No hay comentarios:

Publicar un comentario